Sobremesa, sentado frente a mi televisor con los nervios de punta y la ansiedad de ver el primer gol de la Selección Argentina, pegar primero era lo mejor que nos podía pasar.

Todo el barrio mudo, nadie en las calles, salvo alguna vecina que no pierde la maña de mirar lo que pasa en el barrio, desde la vereda mientras barre. Hay costumbres que no se pierden.

Preparado, todo listo, comienza el partido. Era de terror, cada vez que la pelota la tenían los nigerianos y cuando la tenían los de camiseta celeste y blanca, volvía la tranquilidad y la ilusión de que froten la lámpara y salga una jugada de gol.

Pelotazo de Banega, la para con el muslo izquierdo, encara y derecha Messi hacía saltar a los argentinos con el grito de gol. Lagrimas, desahogo, era un cumulo de sensaciones que arrastran los hinchas argentinos que vienen de no solo pelearse si Messi es mejor o Sampaoli lo otro, también están molestos por lo que está pasando en nuestro país. Se junto todo.

Tranquilidad y a seguir esperando. Un país paralizado por segundo día consecutivo, pero esta vez por solo 90 minutos. Pero esa parsimonia no iba a durar mucho. Penal para Nigeria y gol. A comenzar de nuevo.

Otra vez volvían los nervios. Pero por suerte en el arco estaba Armani que le sacó un mano a mano a un nigeriano, que si llegaba a marcar, se derrumbaba todo. Y a remar de nuevo.

Por suerte la mística, la hinchada, el aliento de los que estaban en el estadio de San Petersburgo, hacia efecto. Influyo mucho la caravana en Rusia de nuestros compatriotas, las críticas constructivas y el aliento inconfundible de los argentinos, una marca registrada en cada mundial.

Desde los 51 minutos del partido que esperábamos el gol tan ansiado. Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Y llegó nomas. Centro de Mercado a la olla y Rojo de derecha la manda a guardar. Ese gol hizo temblar mi barrio, porque todo el país lo salió a gritar. No hubo un sismo como en México pero estuvimos ahí.

Termino el partido y a festejar como nunca, era esa cosa que nos estaba faltando a los argentinos, una alegría. Ahora Francia este sábado a las 11 horas. Me quedo más tranquilo ya que nuestra selección mostro otra imagen. Si te digo como va a ser con los galos, te miento, solo una cosa, ALENTA, ALENTA, ALENTA,  es eso lo que espera nuestra selección allá en Rusia, desde donde estés.