Conocé la historia de este guerrero que piso suelo tailandés y ahora pretende marcar un estilo en el norte, el guerrero, para así poder competir con los luchadores de Buenos Aires, estilo del sur.

“En el norte el muay thai no se ve, lo que hago con el seminario es difundirlo, que el norte se haga fuerte para poder competir con Buenos Aires”, asi comenzaba la nota con nuestro medio Francisco Sallent, luchador que le quiere dejarle al norte todo lo que aprendió en Tailandia.

Comenzó a los 15 años con kick Boxing, K1 y luego eligió el muay thai. A los 22 años se fue a Tailandia y allí se perfeccionó. “Cuando llego, lo que aprendí no me servía, me rompieron toda la base y me volvieron a construir. Borja El Miura, fue el que le enseño todo en su carrera, su maestro.

En Tailandia se vive el muay thai como un partido de Argentina. “Se vive todos los días, en todos los estadios”. Los sábados pelean los súper campeones y las apuestas están al día con el deporte nacional. “No podes decir soy el mejor del peso porque hay 10 diez que son más fuertes, no hay uno que sea el mejor”.

Hay diferentes estilos, uno con rodilla otro con el boxeo. “Chocan los dos estilos y el que mejor se desenvuelve es el ganador”. Vivió dos años en Tailandia y realizó 28 peleas, tanto ahí como en China, España y Australia. En Buenos Aires es donde más se lo practica actualmente.

Tiene un sueño y lo quiere concretar con estilos diferentes en el país. El norte de Tailandia tiene un estilo y el sur también. “Acá va a pasar lo mismo, estilo guerrero es el mío y en Buenos Aires es mas boxeo”.

Muay Thai significa, boxeo tailandés. Es un arte marcial milenaria que se usaba en la guerra. “Tailandia nunca fue conquistada porque siempre fue un pueblo guerrero que se defendió con el muay thai”.

El muay thai no es un camino fácil, es duro. “Te forma un carácter que te sirve día a día, en Tailandia a los luchadores le regalan Coca Cola, es como una estrella, los chicos son los que te miran”.

Al subir al ring hacen una ceremonia mostrando respeto a su maestro, puesto en la cabeza un mongkon bendecido por un monje. Mongkon era un pañuelo que le daba la madre a un luchador para ir a la guerra, simboliza protección.

En Tailandia hay apuestas cuando pelean los campeones. Para esa contienda se mueve mucho dinero. Luchó con campeones y le costó mucho. “No te toman en serio porque para ellos los extranjeros somos débiles, pero cuando ven que te la bancas, tenés todo al pueblo apoyándote”.

Un campeón vive del muay thai, pelean cada semana, cada tres días. “He peleado un viernes y el lunes he vuelto a pelear, era para cubrir gastos del gimnasio”. Sallent, comía y prácticamente vivía en el gimnasio, con doble turno de entrenamiento.

Sallent tiene un propósito para el norte argentino y ese reto, comienza este sábado. “Es mi mayor ilusión que digan que el norte es fuerte, quiero cambiar eso”.

Francisco Sallent estuvo hace poco en Jujuy dando un seminario con Joaquín Villarreal e Ismael Vásquez. El sueño comenzó hace poco y con esta pelea quiere dejar en claro que dará batalla hasta el final. “El norte puede, tiene que ser fuerte y vamos a trabajar todos para eso”.