No tiene una continuidad en los torneos nacionales, este año lo hizo en tan solo dos carreras de las 10 que se correrán en el año, en la segunda, en Termas y la quinta en Córdoba. La sexta fue suspendida.

La séptima fecha se corre nuevamente en Termas de Río Hondo, pero para el piloto de Jujuy, es un circuito que se sabe de memoria. “En Termas me tengo fe, porque ya conozco el circuito”.

En la carrera de Córdoba se ubicó en el puesto 10 y en la anterior en el 15to lugar. El año pasado terminó 6to en el campeonato, porque un equipo le pasaba las gomas para que pueda competir. “El tema es tener continuidad y tener el pulso caliente”.

De profesión mecánico y eso es una ventaja porque se da mañas para arreglar la moto luego de cada carrera. “Se hace duro conseguir apoyo económico porque acá en Jujuy no es muy conocida la disciplina”.

Corre con una moto modelo 2.008 que se la vendió un piloto de Buenos Aires. Lo hace en la categoría stock, motos salidas de fabrica de 1.000 c.c. Estas llegan a los 300 Km/H. Cuando se inició en este deporte lo hizo con una moto modelo 99 en el año 2.009. “Ahora estoy en la misma situación corriendo con una de 10 años de uso”.

Lucho no entrena en Jujuy porque no hay donde hacerlo. “Se puede pasear con la moto porque en primera va a 150, en segunda a 180 km/h y el riesgo de acelerar en la ruta, sería muy grande”.

El lugar más cercano que tiene es el Martín Miguel de Guemes en Salta, cuando los pilotos lo invitan a entrenar. “Algunos circuitos los conozco, corro desde el 2.009, el trazado lo tengo grabado en la cabeza”.

En el Superbike los pilotos le dedican el 100% a la disciplina, Lucho no corre con esa ventaja. “Por el lado físico hay que estar lo mejor posible, por el lado de la moto, yo veo los detalles”.

La pasión que tiene por las motos hace que continúe adelante. “La moto no la toco, la paro, no entreno, la cuido mucho”. En la carrera va todo el tiempo a fondo. Tiene una Yamaha YZFR1 modelo 2008. “Es muy buena moto”.

Compite con equipos que le llevan mucha ventaja, por ejemplo, el piloto salteño tiene una moto de $1 millón, $500 mil en accesorios de competición y $100 mil de asistencia por carrera. Lucho tiene gomas usadas, no cuenta con un ingeniero ni tampoco con un equipo de asistencia.

De niño le gustaban los fierros y soñaba con correr un rally. “Se dio de comprar una moto, me invitaron a Salta y ahí comencé a correr en el NOA en el 2007”.

“Nunca pude hacer un campeonato completo, lo máximo que fui es a siete carreras”. Aprendió andar en moto a los 27 años y debutó en el Superbike en el año 2.009.

Ahora se vuelve a presentar en la competencia contra todos los pronósticos y desventajas de no contar con lo último en tecnología, porque para Luís Martínez, correr “es una pasión”.